Estudios de daños a la salud.


estudios-saludDaños a la salud por comer alimentos transgénicos

por Ana Ruiz Díaz PhD

 

Estudios pioneros

Puztai estudió ratas alimentadas con papas genéticamente modificadas (GM) reportó daño en hígado, vejiga y cerebro

En octubre de 1998 se dieron a conocer los estudios del doctor Arpad Pusztai del Instituto Rowett del Reino Unido en el canal TV’s World in action; los resultados derivan de pruebas de alimentación a ratas con papas transgénicas con el gen de Snow drop (galantthus nivalis GNA) en experimentos de 21 y 110 días.
El doctor Pusztai informó que en las ratas perdieron peso órganos vitales como el hígado, timo, vejiga y el cerebro; las ratas presentaron problemas de asimilación de nutrientes y alargamiento de la digestión.  Pusztai reveló además que las papas no eran “substancialmente equivalentes” a sus plantas madres; en dos generaciones de dos líneas distintas de GNA GM) se presentaron cambios significativos en proteínas, almidón, lectinas y reducción en los niveles de inhibidores de triptofano y de chymotrypsina.

Mae Wan Ho probó que el ADN de la soya GM se encuentra en el tracto digestivo después de haber sido procesada

El ADN genéticamente modificado se transfiere a las bacterias en los intestinos humanos, lo anterior fue descubierto por la doctora Mae Wan Ho del Institute Science in Society en 2002. Su estudio consistió en lo siguiente: a seis sujetos que usan una bolsa colostómica, después de haber comido carne de res  y una malteada con leche de soya, les extrajeron muestras de comida del intestino delgado (no de las heces); dichas muestras -que contenían microorganismos de flora intestinal- fueron cultivadas en cajas de Petri con caldo de glifosato.  En tres de las muestras fue encontrado ADN genéticamente modificado tres horas y hasta cinco horas después de haber ingerido los alimentos.

 

Estudios de la industria ¿es seguro comer maíz transgénico?

Monsanto realizó en 2001, pruebas en ratas alimentadas con el maíz transgénico NK603 durante tres meses y la Agencia de Salud dio permiso de comercializarlo en Europa.  Esas pruebas eran confidenciales y fueron obtenidas gracias a una orden judicial que obtuvo Greenpeace en 2005.

Un equipo de investigadores de las Universidades de Caen y de Rouen, y del CRIIGEN (Comité para la Investigación e Información Independiente en Ingeniería Genética) repitieron las pruebas de alimentación aunque pudieron evaluar más parámetros bioquímicos que en el estudio original de Monsanto… los investigadores publicaron los resultados de su estudio a finales de 2009 en el International Journal of Biological Sciences.

Ellos encontraron efectos distintos en la salud ligados al consumo de  los tres maíces (NK 603, MON 810, MON 863), dependiendo de la dosis y el sexo de las ratas; señalaron que los efectos dañinos se concentraron en el hígado y los riñones, dos principales órganos depuradores en los mamíferos y también reportaron efectos en células de tejidos del corazón, bazo, sangre y glándulas adrenales, “todo lo cual es biológicamente significativo;  los tres maíces inducen toxicidad hepatorenal (en el hígado y en riñones) que puede ser debida a nuevos plaguicidas dentro de los OGM;” agregaron que “no se puede excluir que los efectos metabólicos sean debidos a las propiedades mutagénicas del proceso de modificación genética, es decir, a la transgénesis misma.” Enfatizaron que ya que con el maíz genéticamente modificado se alimenta al ganado y su carne es consumida por millones de personas  “es importante discutir si el diseño experimental, el análisis estadístico y las interpretaciones realizadas por Monsanto son o no suficientes y apropiadas.”

Los científicos demandaron una firme prohibición a la importación y cultivo de los maíces transgénicos NK 603, MON 810 y MON 863. Como explicó el profesor Séralini:

“Las agencias de salud se basaron en las conclusiones que la compañía presentó, no en las conclusiones derivadas de todos los datos; las pruebas de Monsanto, realizadas en 90 días obviamente no tienen la suficiente duración para poder decir si causan enfermedades crónicas; por eso pedimos que se realicen estudios por un periodo de dos años, al menos.”

 

Estudios independientes más recientes

Resultados recientes sobre alimentación con maíz transgénico

por Ana Ruiz Díaz PhD

El equipo del doctor Séralini publicó los resultados de su estudio de dos años con ratas alimentadas con maíces resistentes al glifosato.
Se empiezan a desarrollar tumores a partir del cuarto mes.
Piden una moratoria y que las trasnacionales realicen estudios largos: los de tres meses no prueban que son seguros.

En diciembre de 2011 concluyó el estudio científico más largo y detallado que se haya realizado sobre un alimento transgénico en la historia.  El estudio consistió en alimentar durante dos años a 200 ratas con el maíz NK 603 que es tolerante al glifosato. Monsanto, la compañía fabricante de las semillas de éste maíz y de herbicidas con glifosato, había realizado pruebas de solo tres meses.

Los científicos descubrieron que se empiezan a desarrollar tumores mamarios y en riñones en las ratas a partir del cuarto mes, por ello una de sus primeras conclusiones fue que los estudios de tres meses no sirven como prueba de que ese maíz es seguro.

Los investigadores del equipo de Seralini y Vendomois, evaluaron gran número de parámetros bioquímicos, cada treinta días tomaron y analizaron muestras de sangre y de orina y finalmente diseccionaron a las ratas que habían sobrevivido hasta los 24 meses.

Resalta también que el estudio fue diseñado para investigar si los efectos en las ratas se debían al maíz GM o al glifosato que se les aplica durante su cultivo.  Explican que “tal como otros maíces transgénicos, el maíz NK 603 es resistente al herbicida glifosato, entonces los agricultores pueden rociar fuertes dosis de glifosato y todas las hierbas mueren menos el maíz (el herbicida glifosato es mejor conocido por sus marcas comerciales Round up o Faena).

Las ratas fueron alimentadas con tres dietas, la primera con maíz NK 603 asperjado con glifosato, la segunda con maíz NK 603 solo y la tercera con glifosato solo.

•    El 94 % de las hembras alimentadas con el maíz transgénico más glifosato desarrollaron tumores mamarios y los machos tumores mamarios y en riñones. Este grupo de ratas tuvo una mortalidad 6 veces mayor que el grupo control.
•    El estudio evidenció el efecto dañino de la misma transgénesis: muchas de las ratas que comieron maíz NK 603 solo (sin glifosato) murieron y enfermaron.
•    Murió el 60 % de las ratas alimentadas con maíz transgénico durante 24 meses

En Estados Unidos y en Europa se alimenta al ganado de carne con este maíz NK 603 que crece como una esponja de plaguicidas. En su artículo, los científicos consideran que los resultados son suficientes para pedir la moratoria a los OGM y obligar a los fabricantes de semillas transgénicas que realicen estudios de alimentación  de al menos dos años de duración.  Indican además, que en el campo de la ciencia, para establecer una verdad definitiva se necesita equipo, tiempo y dinero, por eso, mientras se reúna mayor evidencia científica es necesario aplicar el principio de precaución contenido en el Convenio de Diversidad Biológica, un acuerdo internacional.

Ver el video, se explica el estudio en 13 minutos

Resumen del artículo del doctor Séralini y colaboradores

Se estudiaron los efectos en la salud en ratas alimentadas con 11 % en la dieta de maíz transgénico cultivado con Round-up  o sin éste y con Round-up solo ( 0.1 partes por billón en agua).  Las hembras de los tres grupos murieron 2 -3 veces más que los controles y más rápidamente.  Esta diferencia fue visible en 3 grupos de hembras alimentadas con OGMs.  Todos los resultados fueron hormonal y sexo-dependientes y los perfiles patológicos fueron comparables.  Las hembras desarrollaron grandes tumores mamarios casi siempre más a menudo y antes que los controles, la pituitaria fue el segundo órgano más dañado; el balance sexo hormonal fue modificado por los tratamientos de OGM y de Round-up.  En los machos tratados, las congestiones en hígado y necrosis fueron 2.5 – 5.5 veces más altas.  Esta patología fue confirmada con microscopio óptico y de transmisión  electrónica.  Nefropatías en riñón marcadas y severas fueron también en general de 1.3 a 2.3 veces mayores.  Los machos presentaron cuatro veces más tumores grandes palpables que los controles, que ocurrieron hasta 600 días más temprano.  Los datos bioquímicos confirmaron deficiencias crónicas muy significativas en riñón; para todos los tratamientos y ambos sexos, el 76 % de los parámetros alterados fueron relacionados con riñones.  Estos resultados pueden ser explicados por los efectos no lineales endocrino-dañinos del Round-up, pero también por la sobreexpresión del transgene en el OGM y sus consecuencias metabólicas.

 

 

Tras publicar el estudio de Séralini y colaboradores, la Redacción de la Food and Chemical Toxicology  publicó las protestas y críticas de algunos investigadores acerca del artículo y lo retiró de su página web.  Los autores respondieron a las críticas y científicos independientes escribieron cartas de apoyo que corroboraron la validez y seriedad del estudio del equipo de Séralini;  la Redacción se retractó pero no reinstaló el artículo.  El incidente mostró la descalificación hacia los científicos que no dependen del financiamiento de la industria para hacer ciencia y que contribuyen al conocimiento mediante investigaciones independientes. Por fortuna el artículo de Séralini fue publicado nuevamente en 2014 en la revista Environmental Sciences Europe  A continuación la nota del nuevo editor y nuevo resumen de los autores en 2014.

 

 

Estudio republicado: toxicidad a largo plazo de un herbicida Roundup y de un maíz genéticamente modificado tolerante a Roundup  (2014)

Nota del Editor

Las ciencias empíricas naturales y sociales producen conocimiento (en alemán Wissenschaften schaffen Wissen );  ellas deben describir fenómenos pasados y presentes y estimar su desarrollo futuro; se utilizan métodos cuantitativos con esa finalidad.  El progreso en la ciencia necesita debates controversiales dirigidos a esclarecer los mejores métodos como base para obtener resultados objetivos, confiables y válidos, que se acerquen a lo que pueda ser la verdad.  Dicha competición metodológica es la energía necesaria para el progreso científico. En este sentido Environmental Sciences Europe se propone permitir discusiones racionales acerca del artículo de G.E. Séralini et al. (Food Chem. Toxicol. 2012, 50: 4221–4231), al re-publicarlo. Con ello no se debe inferir valoración alguna del estudio, el único propósito es permitir transparencia científica y con base en ella, permitir una discusión que no oculte controversias metodológicas sino que se dirija a distinguirlas.
Winfried Schröder, Editor de la Serie Temática “Implicaciones para el cultivo de OGM y su monitoreo” en Environmental Sciences Europe.

Resumen de los autores

Se estudiaron los efectos en la salud en ratas alimentadas con un 11 % en la dieta de maíz transgénico resistente a herbicida Round-up  NK603, cultivado con o sin aplicación de Round-up y con Round-up solo (0.1 partes por billón del herbicida completo conteniendo glifosato y coadyuvantes) en agua de beber; los efectos en la salud fueron evaluados por dos años en las ratas.  Esta constituye una investigación de seguimiento a un estudio de alimentación de 90 días realizado por Monsanto para obtener la liberación comercial de este maíz transgénico NK603, empleando la misma clase de ratas y analizando parámetros bioquímicos en el mismo número de animales por grupo que en nuestra investigación.  Ésta investigación representa el primer estudio crónico acerca de los efectos de estas sustancias, en la cual todas las observaciones incluyendo tumores se reportan cronológicamente. Así pues, no fue diseñado como un estudio de carcino-genicidad.  Reportamos los hallazgos mayores con 34 órganos observados y 56 parámetros analizados en 11 intervalos de tiempo para la mayoría de los órganos.

 

María Walsh, Stefan Buzoianu y colaboradores (2011) reportaron daños sistémicos e inmunológicos en cerditos alimentados con maíz MON810, en los Estados Unidos.
www.plosone.org/article/info:doi/10.1371/journal.pone.0027177

 

Canadá: encuentran en madres y fetos toxina Bt y herbicida utilizados en plantas transgénicas

Aziz Aris y Samuel Leblanc (2011), del Centro de Investigación Clínica del Hospitalde la Universidad de Sherbrooke, en Quebec, Canadá, revelaron que la toxina de las plantas en las que se ha insertado el transgén de Bacillus turingiensis (Bt) es “claramente detectable y parece cruzar la placenta hacia el feto;” analizaron la sangre de 30 mujeres embarazadas y 37 no embarazadas. Encontraron proteína Cry1Ab (una toxina de Bt) en la sangre de 93 % de las mujeres embarazadas y en el 80 % de cordones umbilicales.  El estudio mostró además los niveles de exposición de estas mujeres a dos herbicidas aplicados en los cultivos transgénicos; es posible detectarlos en el cuerpo humano, ya que en el suelo los microbios degradan el herbicida glifosato en ácido amino-metilfosfórico (AMPA) y el glufosinato en ácido tri-metil fosfinicopropiónico, este último fue encontrado en la sangre umbilical de los fetos y en sus madres residentes en el Este de Quebec.

Título del artículo:

Exposición materna y fetal a plaguicidas asociados a alimentos genéticamente modificados en poblados del Este de Quebec, Canadá
Autores:

Aziz Aris y Samuel Leblanc  – Departamento de Obstetricia y Ginecología, Centro Hospitalario de la Universidad de Sherbrooke, Quebec; Centro de Investigación Clínica del mismo hospital; y Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Sherbrooke, Quebec, Canadá.
A continuación el resumen de los autores

 

Exposición materna y fetal a plaguicidas
asociados a alimentos genéticamente modificados
en poblados del Este de Quebec, Canadá

Resumen

Plaguicidas asociados a alimentos genéticamente modificados (PAGMF) son elaborados por ingeniería para tolerar herbicidas como el glifosato y glufosinato o insecticidas como la toxina bacterial de Bacillus turingiensis (Bt).  El presente estudio se propuso, primero, evaluar la correlación entre la exposición materna y fetal, después, determinar niveles de exposición a glifosato y los de su metabolito – el ácido amino-metilfosfórico (AMPA); a glufosinato y los de su metabolito- el ácido tri-methylphosphinicopropionic (3-MPPA) y a la proteína Cry1Ab (una toxina de Bt) en poblados del Este de Quebec, Canadá.  La sangre de treinta mujeres embarazadas y la de treinta y nueve mujeres no embarazadas fue analizada. Fueron detectados suero glifosato y glufosinato en mujeres no embarazadas y no fueron detectados en mujeres embarazadas.  Suero 3-MPPA y la toxina CryAb1 fueron detectados en mujeres embarazadas, en sus fetos y en mujeres no embarazadas.  Este es el primer estudio en revelar la circulación de plaguicidas asociados a alimentos transgénicos (PAGMF) en mujeres con y sin embarazo, sentando el camino para un nuevo campo en la toxicología de la reproducción, mismo que incluya las toxicidades en la nutrición y en el útero-placenta.  Palabras clave: mujeres embarazadas; sangre materna y feta; mujeres no embarazadas; glifosato; glufosinato; Cry1 Ab. Copyright © 2011 Elsevier Inc. All rights reserved. Copyright © 2015 Elsevier B.V. or its licensors or contributors. ScienceDirect® is a registered trademark of Elsevier B.V.

 

OMS: el glifosato probablemente causa cáncer

La Organización Mundial de la Salud anunció que su Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC), ha determinado la carcinogenicidad de cinco plaguicidas organofosforados utilizados en la agricultura y en el hogar.  La OMS publicó un resumen en The Lancet Oncology el 20 de marzo 2015.

Un grupo de 17 expertos de once países evaluó el potencial de causar cáncer en los plaguicidas tetraclorvinfos, paratión, malatión, diazinón y glifosato.  Las evaluaciones muestran la relación entre los cinco plaguicidas y efectos graves en la salud.  Sobresale el caso del glifosato en razón de que es el herbicida con mayor volumen de producción y uso en el mundo y porque las agencias de salud y las empresas fabricantes han asegurado que su peligrosidad es baja. En sus resultados, la IARC clasificó al glifosato y a los plaguicidas malatión y diazinón como probablemente cancerígenos para los seres humanos (en el grupo 2A).

Las evaluaciones consistieron en la revisión de la información científica publicada. Para el glifosato, se revisaron estudios realizados por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) en 1985 y 1991, y la IARC dictaminó en marzo de 2015 que hay evidencia suficiente de que el glifosato puede causar cáncer en animales usados en experimentos y que hay evidencia limitada de que cause linfoma no-Hodgkin en seres humanos, de acuerdo a estudios de exposición a glifosato entre agricultores en Suecia,  Estados Unidos  y Canadá.   El glifosato ha sido detectado en la sangre y orina de estos trabajadores agrícolas, indicando su absorción; los microbios en el suelo degradan el glifosato en ácido amino-metilfosfórico (AMPA), entonces la detección del AMPA sugiere el metabolismo en la flora intestinal humana.  Revelaron que el herbicida glifosato y las fórmulas con glifosato indujeron daño en el ADN y en el cromosoma de células humanas y de animales mamíferos in vitro.

¿Cómo está la gente expuesta a glifosato?  Este herbicida se usa principalmente en la agricultura. Su  uso se ha incrementado agudamente a parir de los cultivos que han sido modificados genéticamente para hacerlos resistentes al glifosato.  Este herbicida se aplica en áreas forestales, urbanas y en hogares.  Se ha detectado en el aire durante las aspersiones, en el agua y en los alimentos.  La población está expuesta principalmente por residir cerca de las áreas donde se aplica, por el uso en jardines de hogares y en la dieta.  La IARC señaló que es responsabilidad de las organizaciones internacionales y de los gobiernos de cada país recomendar regulaciones, emitir leyes o recomendar intervenciones en la salud pública.