Carta del Dr. Schubert al presidente de México.


carta-del-drschubertCarta del Doctor Schubert  al presidente Peña Nieto.

Le pide que rechace la introducción de maíz transgénico a México porque no se necesita, porque los daños serían irreversibles: a los maíces nativos, a las familias campesinas por costos más altos y por la contaminación causada con herbicidas. Señala el riesgo que empresas extranjeras controlen el mercado de semillas y progre-sivamente procesos políticos en el país. Concluye que el maíz transgénico es un peligro enorme para la salud de los mexicanos:

Salk Institute for Biological Studies, 10010 North Torrey Pines Road, La Jolla, CA 92037-1099 schubert@salk.edu

La Jolla, California, 14 de octubre, 2013

Lic. Enrique Peña Nieto
Presidente de México
Palacio Nacional Edif 10  Centro, D Cuauhtémoc,  06067 México, DF.

Mi nombre es David Schubert, tengo un doctorado en inmunología y soy profesor en el Instituto Salk para Estudios Biológicos en San Diego, California, considerado como uno de los mejores centros de investigación médica en el mundo.  Como miembro del Instituto Salk, trabajo en el desarrollo de fármacos para tratar el Alzheimer y la apoplejía; por tanto, poseo conocimiento de primera mano sobre genética molecular, toxicología y acerca de las pruebas para determinar la seguridad de entidades químicas y biológicas nuevas.

También estoy consciente de la tecnología de los organismos genéticamente modificados (OGM) y he publicado textos en revistas científicas sobre las plantas genéticamente modificadas (GM) y su efecto en la salud humana. Recientemente, he escrito cartas, similares a esta, que contribuyeron al debate sobre la introducción de la berenjena GM en la India y en Bangladesh. En ambos casos, el proceso de introducción se detuvo. Como la berenjena es nativa de estos países, justo como el maíz es un cultivo nativo de México, las situaciones y problemas de la tecnología GM son casi idénticos en ambas regiones. Estoy convencido de la necesidad de que México siga el consejo de los paneles de revisión científicos y gubernamentales en India, Bangladesh, la Unión Europea, Japón, Corea del Sur y la vasta mayoría de los países libres del mundo, y rechace la introducción del maíz transgénico. Esta conclusión deriva de múltiples razones, mencionadas enseguida: los puntos 1-5 son excepcionalmente importantes, y como ya han sido tratados por otras personas, me enfocaré entonces en el impacto del maíz transgénico sobre la salud humana, que entra dentro de mi área de experiencia

1) La falta de necesidad: el maíz no es un cultivo amenazado severamente por alguna plaga.

2) El riesgo ambiental: el maíz es nativo de México y los transgenes contaminarían y degradarían, de manera incuestionable, sus poblaciones de maíces nativos. Además, México es el centro de diversidad de maíz y un tesoro mundial de variedades de maíz capaces de combatir enfermedades y el cambio climático. Esto no será así si se introducen semillas GM en su territorio.  Todas estas declaraciones están documentadas científicamente.

3) Más altos costos: la compra anual de semillas, en vez de la libertad de guardarlas año tras año, aumentará los costos en todos los niveles de la cadena alimentaria.  los nodos más importantes del sistema de producción agrícola en México, los campesinos y pequeños agricultores, serán los más afectados por los altos costos y los potenciales fracasos de los cultivos debido a que las variedades de maíz transgénico no serán las adecuadas en todos los sitios de siembra. Los rasgos genéticamente modificados que se introduzcan finalmente contaminarán a todas las variedades locales de maíz.

4) Dependencia social y política: una vez que las compañías extranjeras controlen el mercado de semillas de cualquier planta, seguirán introduciendo otras semillas GM y tendrán un poder enorme tanto sobre los campesinos, que constituyen un segmento importante de la población mexicana, como sobre los procesos políticos. Esto ya ha ocurrido en los Estados Unidos, donde la compañía Monsanto es una fuente mayor de financiamiento para los dos partidos políticos (republicanos y demócratas), y ha designado funcionarios que dictan las políticas agrícolas nacionales e internacionales.

5) No es reversible: cuando el maíz transgénico sea introducido en México, aún en una escala modesta, contaminará de manera irreversible a las variedades nativas de maíz; este es un hecho inequívoco, y la única forma de prevenirlo es no permitir su siembra.

6) Dado que el maíz transgénico expresa la proteína Bt (Bacillus turingiensis) o es resistente a herbicidas, y que se requieren y se aplican sustancias químicas en su cultivo, todo ello pone en peligro la salud de quienes lo consumen; profundizaré en estos temas que son de gran importancia para un país como México, donde el maíz se consume en grandes cantidades y es un alimento poco o nada procesado. Sin embargo, primero me gustaría desmentir algunos mitos usados por los impulsores del maíz GM cuando alegan que es seguro:
Afirman que como no existen enfermedades humanas asociadas al consumo de maíz Bt en Estados Unidos, debe ser un alimento seguro para comer.  Esta conclusión es inválida por varias razones.
En primer lugar, sólo una pequeña fracción del maíz Bt producido se consume directamente: la gran mayoría es usado como alimento para el ganado y para elaborar aceite, jarabe alto en fructuosa y etanol, todos ellos productos que no contienen la proteína Bt.  El maíz que sí la contiene es consumido en alimentos altamente procesados –por ejemplo, en las frituras y otras botanas que no son componentes principales en la dieta.  En contraste, la proteína Bt del maíz GM que se cultive en México sería consumida directamente en grandes cantidades porque el maíz es el alimento básico y, por tanto, un componente importante en la dieta del mexicano. A lo anterior hay que agregar que el maíz GM se prepararía en un gran número de formas en la comida tradicional, conduciendo a cambios químicos potenciales de la proteína Bt y causando toxicidad e inmunogenicidad desconocidas y, aunque se realizaran algunos estudios sobre la seguridad del maíz GM como alimento, quedarían por estudiar los efectos a la salud de alimentos preparados con maíz GM con distintos métodos.
En segundo lugar, lógicamente es falso asegurar que, como no hay evidencia de enfermedades seguidas a la introducción de productos GM, estos son seguros para la salud. Afirmar esto requiere de un experimento bien diseñado con controles adecuados. Además, es más grave el problema porque los alimentos derivados de cultivos transgénicos no son etiquetados. Por esto, quizá la mayor preocupación en cuanto a la introducción de cualquier alimento GM sería que, aun cuando sí causara algún daño a la salud humana, sería imposible detectarlo debido a la falta de estudios epidemiológicos y a las limitaciones técnicas. Por ejemplo, para detectar la epidemia de una enfermedad, se requiere probar una incidencia de al menos dos veces más alta que la tasa normal. Si el maíz GM fuera dañino y causara una enfermedad como el Parkinson, que tiene una incidencia de casi 20 casos nuevos al año por cada 100,000 personas, entonces en México unos 25,000 casos nuevos anuales tendrían que ser diagnosticados y registrados para poder identificar un aumento significativo, y aun así no habría manera de asociar la enfermedad directamente con el consumo de un alimento GM.  Por otro lado, los síntomas de muchos padecimientos relacionados a factores ambientales tardan décadas en aparecer.
Claramente, una vez que el maíz transgénico fuera liberado de manera comercial, no habría forma de monitorear efectos adversos en la salud causados por este ni de hacer responsable a los productores: las compañías biotecnológicas están conscientes de que, por esta razón, nunca tendrán que rendir cuentas por el daño a la salud humana que sus productos pudiesen causar.  La mayor parte de las variedades de maíz transgénico están GM para ser resistentes a insectos (variedades Bt) y para resistir la aplicación de herbicida (como el glifosato). Se discuten a continuación los daños a la salud humana documentados tanto por la proteína Bt como por el glifosato.

Maíz Bt y la salud humana

La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos recomendó realizar pruebas exhaustivas de la seguridad de los cultivos Bt [1], pero debido a la carencia de leyes federales que requieran pruebas de seguridad rigurosas para los alimentos GM en EEUU, estas nunca se han hecho [2]. Estados Unidos no requiere la demostración de que cualquier alimento GM sea seguro para consumo humano.
Hay, al menos, cuatro mecanismos mediante los cuales la introducción del gen de la toxina Bt en el genoma del maíz puede causar daños. Estos incluyen: (1) la inserción aleatoria de los transgenes en el ADN vegetal y las consecuencias resultantes no intencionadas [3]; (2) alteraciones en el metabolismo de la planta a causa de la proteína insertada que deriva en nuevos productos igualmente tóxicos; (3) la toxicidad directa de las proteínas Bt; y (4) una respuesta inmune obtenida por la proteína Bt. Existen ejemplos científicamente documentados para estos mecanismos.
Un ejemplo del primero es el descubrimiento de alteraciones no intencionadas, como la síntesis de nueve carcinógenos conocidos en plantas de tabaco GM [4]. Para el segundo mecanismo, se han documentado niveles anormales de producción de la molécula de lignina en el maíz Bt [5]. Este rasgo fue descubierto gracias a los cambios dramáticos que se comenzaron a observar en la dureza del tallo de esta planta. Muchas variedades de maíz Bt expresan este rasgo, por lo que es probable que el aumento en la producción de lignina esté relacionado con la expresión de la proteína Bt, y no tanto con mutaciones causadas por el proceso mismo de modificación genética [2]. Es probable que existan más cambios no previstos en los cultivos GM, y muchos de ellos ya han sido registrados [6].
Los puntos finales, la toxicidad y los daños inmunológicos de la proteína Bt, se discuten con mayor detalle más abajo. Debo enfatizar que todo este material ha sido publicado en revistas y no sólo ha sido revisado por pares sino que las pruebas se han reproducido en más de un laboratorio, descartando así la posibilidad de publicar una conclusión elaborada por un solo investigador:

Las alergias son respuestas complejas del sistema inmune a sustancias extrañas, y sus síntomas pueden variar entre un individuo y otro de manera impredecible. Las toxinas Bt, por su parte, han sido usadas desde hace tiempo como insecticidas, en aspersiones en distintos cultivos, pero pueden lavarse de la planta y contienen una forma menos tóxica de la proteína que la que producen las plantas GM, en las que la toxina Bt se encuentra dentro de todas las partes consumibles de la planta.
Las esporas de la toxina Bt que se asperjan, se activan en el tracto digestivo de los insectos; en contraste, la toxina Bt dentro del maíz es una forma activada de la proteína, que no requiere de ninguna modificación para volverse tóxica, por tanto, es mucho más potente que la formula usada en las aspersiones.
Por otro lado, existe evidencia sólida de que las proteínas Bt han provocado reacciones inmunológicas fuertes en algunos trabajadores del campo [7], probablemente porque están compuestas de secuencias de aminoácidos homólogas a ciertos alergenos bien conocidos [8, 9]. Más aún, la concentración y cantidad de toxinas Bt activas que la gente estaría consumiendo con el maíz Bt es mucho más alta que los niveles de exposición a los que se someten los campesinos.
En apoyo a los datos en humanos, cuando los animales se exponen a toxinas Bt, éstas también actúan como un inmunogeno potente, provocando respuestas de los sistemas inmunes presentes en la sangre y el intestino [10, 11, 12].  Más recientemente, en Estados Unidos se condujo un estudio de alimentación a largo plazo con cerdos, que tienen un sistema digestivo parecido al del ser humano. Los cerdos fueron alimentados con una dieta mixta que incluía proteínas Bt del maíz transgénico. Después de cinco meses, se encontraron niveles drásticos de inflamación estomacal en los cerdos, y las hembras tuvieron úteros más pesados que aquellas a las que no se les administró dieta GM [13].
Estudios adicionales con animales han demostrado que las toxinas Bt causan daño directo en el tejido. Por ejemplo, Fares y El-Sayed probaron que los ratones alimentados con patata Bt tenían células intestinales con estructura anormal [14]. Otros estudios reportaron cambios histopatológicos, tanto en hígado como en riñón, en ratas que consumieron maíz Bt [15] y cambios en los niveles de urea y en las proteínas de la orina de ratas alimentadas con arroz Bt [16].
Las citas expuestas muestran claramente que las proteínas de la familia de las bacterias Bt pueden actuar como alergenos y como toxinas en animales y en algunos seres humanos.  Es de gran importancia para la salud de la población mexicana que si se llegara a aprobar la introducción de maíz Bt, un enorme número de individuos consumirían cantidades de toxina Bt miles de veces más altas que nunca antes en la corta historia de esta tecnología de modificación genética.  La población en México es en extremo heterogénea en su composición genética, en su edad y en su estado de salud. Son la genética y el estado de salud de un individuo las que determinan su respuesta a proteínas extrañas, como la toxina Bt, por ello, las personas más enfermas serían las más susceptibles de presentar reacciones tóxicas e inmunológicas negativas.  Ya que la habilidad de la toxina Bt para causar respuestas alérgicas en algunos individuos es inequívoca, aunque el número no se pueda predecir, es virtualmente certero que en la población mexicana, un gran número de personas que consumieran maíz transgénico desarrollarían este tipo de alergias e incluso respuestas inmunes más severas que derivarían en anafilaxis y en posibles muertes.  Como no existe un sistema para rastrear este tipo de reacciones adversas dentro de una población, si el maíz Bt fuera cultivado de manera comercial, su presencia genética dentro de una fuente importante de calorías en la dieta en México sería irreversible, por tanto, se debe prevenir la introducción de este cultivo transgénico.

Herbicidas

Además de sus altos niveles de toxinas Bt, la mayoría de las variedades de maíz GM se modifican para ser resistentes a herbicidas. Si bien un alto número de herbicidas son utilizados, el herbicida mejor estudiado es el glifosato, por ser el ingrediente activo en muchos de ellos.  Si el maíz o la soya GM fueran introducidos en México, habría un enorme aumento en el uso de este herbicida en su territorio; después de la introducción de cultivos transgénicos en Estados Unidos, el uso de glifosato aumentó diez veces [17] entre 1996 y 2009 (de 27 millones a 250 millones de libras) y en Argentina también ocurrió un aumento similar [18]; lo más importante es que, contrario a las declaraciones de sus fabricantes, el glifosato y su formulación activa son dañinos para la salud humana. Como con muchas otras toxinas ambientales, han pasado años antes de poder identificar los problemas que ocasiona, pero han sido documentados en distintas publicaciones científicas de dominio público. Algunos riesgos importantes se discuten enseguida junto con otros hechos que rara vez se incluyen en el debate.

1) El glifosato en aerosol no contiene sólo el plaguicida, sino que es una mezcla de compuestos que ayudan al glifosato a entrar en todos los tejidos de la planta, incluyendo aquellos que nosotros comemos.  Los compuestos adicionales, (llamados surfactantes o tensoactivos), no son revelados (permanecen como secretos comerciales) y, por tanto, no se someten a pruebas de seguridad ni son monitoreados en las plantas, en el agua potable o en los seres humanos, a pesar de que su contenido es mayor en la fórmula del herbicida que el glifosato. Estos compuestos, son sustancias químicas no evaluadas cuyo consumo humano y por el ganado aumentaría dramáticamente una vez que se introdujera el maíz GM en México [19].  En los EEUU, la EPA no realiza pruebas para detectar la presencia de glifosato en el agua potable y de los pozos, pero repetidamente recibe solicitudes  para aumentar los límites de residuos de glifosato permitidos en los alimentos.

2) El herbicida aplicado y todos sus compuestos se quedan dentro de la planta y son consumidos. ¡No se eliminan al lavar los alimentos!

3) Dentro de unos diez a quince años, las hierbas silvestres serán más resistentes al glifosato, de manera que se requerirán herbicidas aún más tóxicos para la producción de maíz GM.  El siguiente herbicida en la línea de espera es el 2, 4 – D, un reconocido carcinógeno [20, 21].

4) Se ha encontrado evidencia de glifosato en la orina de varias personas en ciertas áreas [22].

5) Parte del aumento de los niveles de glifosato en el agua potable, comida y alimento animal se debe al hecho de que ahora se usa como un agente de secado, se aplica directamente en las plantas antes de la cosecha [23].

6) Algunas de las toxicidades publicadas del glifosato se enlistan a continuación y todas ellas pueden ser o han sido catalogadas como un riesgo serio para la salud humana:

a. Cuando se ingiere en la comida o el agua, el glifosato elimina bacterias que forman parte de la microbiota intestinal benéfica, provocando la proliferación de microbios patógenos [24].
b. En apoyo a este primer punto, cuando por nueve meses se alimentaron cerdos con comida transgénica asperjada con glifosato, se observó un aumento de inflamación intestinal en comparación a los animales control [13].
c. Se ha documentado un gran aumento de formación de tumores en ratas alimentadas durante dos años con maíz GM resistente a herbicidas [25].
d. Cada vez existen más casos de enfermedades humanas relacionadas a la exposición con glifosato en países como Argentina [18].
e. Aun los bajos niveles de glifosato provocan defectos en el desarrollo embrionario de anfibios y pollos; defectos similares a los que se observan en el estudio con humanos de poblaciones argentinas [18, 26, 27].
f. El glifosato tiene efectos profundos en la producción de testosterona en ratas [28, 29], y promueve el crecimiento de células humanas cancerosas aun a niveles que están por debajo de los que se encuentran en la sangre y la orina de algunos individuos [30].

Las publicaciones citadas arriba representan tan sólo una fracción de la extensa evidencia que demuestra conjuntamente los efectos identificados y proyectados del glifosato en la salud humana.  Los niveles de glifosato incrementarían de manera rápida en los alimentos y en el ambiente si se introdujera el maíz GM en México.  De nada habrá servido el uso de glifosato si dentro de diez a 15 años, deja de ser un herbicida efectivo por la resistencia que desarrollarán distintas hierbas, como ha ocurrido en distintas regiones del planeta. ¿Vale la pena, entonces, correr este tipo de riesgo en un país como México?
Mi conclusión es, por tanto, que el maíz GM no representa ningún beneficio para su país, sino más bien un enorme peligro para la salud de los mexicanos. Sería un profundo error que el maíz transgénico entrara al suministro alimentario de México.

Respetuosamente,

Dr. David Schubert PhD
Profesor Instituto Salk para Estudios Biológicos
La Jolla, California   14 de octubre, 2013   schubert@salk.edu

Referencias

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